¡Buenísimo! Le pongo diez bookies de una:
El Club del eBook, es la primera fuente de información sobre ebooks de Argentina. Acá vas a encontrar noticias, tips, tutoriales, recursos y opiniones sobre el mundo de los libros electrónicos.
¿Qué más querías? ¿Eh?
Para conocer Who is Who en la Tools of Change for Publishing Conference, en Bologna Children's Book Fair 2011, y cuáles son los temas actuales en la edición, y más especialmente en la edición digital de lij.
"En la feria pasan cosas que no son necesariamente negocios. La feria te atrapa como un remolino, te consume y a la vez te rellena. Parece que te agota, pero lo que hace en realidad es renovarte, es sacar la pintura vieja y dejar listo para pintar de nuevo. No se nota de entrada, pero funciona como un efecto residual, se nota mejor con el tiempo."
Cuenta la editora Natalia Méndez, desde la maravillosa Bologna Fiere, que termina hoy. Una feria, todas las ferias.
"Siempre es difícil protegerse de las dificultades de la vida. Están ahí, hay que afrontarlas. La cuestión sería saber si nuestra civilización del gusto por la lectura, por toda esa cultura de lo escrito que hemos heredado de nuestros antepasados, va a sufrir una especie de regreso a la Edad Media y a convertirnos en monjes en sus monasterios o, al contrario, vamos a saber dirigirnos al gran público."
Antoine Gallimard, nieto del editor Gaston Gallimard, entrevistado en El País.
©MORDZINSKI/EL PAÍS
"La autoedición (Deskopt Publishing) es la piedra angular de la edición digital."
“En Tiramisù partimos de la base de que nadie entiende nada, sólo sabemos, más o menos, jugar –subraya la editora–. Por otra parte, nos inspira la patafísica, esa anticiencia difusa de Alfred Jarry que postula el reinado de la excepción, el accidente, y que desafía todo intento de explicación. El colofón de los libritos tiene ese espíritu provocador, aspira a que lo lean, siembra una duda simpática en una zona donde normalmente se registra un hecho informativo. Nos agrada ocupar espacios tradicionales con segundas y terceras intenciones.”
La editora Adriana Gómez habla con S. Friera sobre la aparición de Ediciones Tiramisù.
Juan Cruz entrevista a Peter Mayer, ex presidente de Penguin y dueño de la "pequeña" editorial neoyorkina The Overlook Press. No pude evitar copiar cada una de las frases de este old man (incluso me guardé el reportaje, porque hay cosas parar recordar, y dichas de una manera tan sencilla) acerca del oficio, del futuro de la edición, del contenido, de la información, del valor, del público, de la vida cívica, del marketing, del catálogo, de la escritura, del negocio y del comercio, del e-book, de las empresas y del trabajo dentro de ellas...
- Mi función como editor probablemente sea publicar menos información que antes. Y por información no entiendo sólo la política, sino todo lo referido a la vida cotidiana, los viajes, la limpieza, la salud, etcétera... Toda esta información la tienes en Internet. Ya no hacen faltan libros para eso...
- Hubiera dicho [sobre el futuro editorial] que la cultura basada en el negocio y en el formato físico de los libros era una traición, que la tecnología iba a ser más importante, no para la cultura, sino para la transmisión de la cultura. Y ese gurú [Michael Krüger, editor alemán] hubiera prestado más atención a personas como Marshall McLuhan. Porque él sí que fue un profeta. Todos pensamos que era muy ingenioso cuando dijo aquello de que el medio es el mensaje... Era muy inteligente. Pero ahora, mientras miro hacia el tiempo en el que estamos, observo muchos cambios en la cultura en general, y eso afecta a la cultura del libro. Lo que ha ocurrido es que el mundo está conectado de una manera que jamás hubiéramos intuido -para lo bueno y para lo malo-, y que el éxito ya no está tan ligado al mundo imaginativo, sino que está ligado a la información. La información es ahora más importante que la imaginación. Y esto me produce tristeza. Estamos ante una gran sopa de información, pero estamos mucho menos concentrados. En los años 90 yo no era consciente de que eso iba a pasar.
- Nuestra función es básicamente la misma, pero el efecto de nuestra función es quizá más pequeño. Lo que hacemos es seleccionar. Antes el público confiaba en el valor de nuestra marca, de nuestro nombre y de nuestra experiencia y educación. Ahora, aunque siga necesitando esos filtros, el público le presta menos atención. Porque todo el mundo ahora tiene el poder.
- Hay muchos libros que ya no puedo publicar porque la tecnología va a una velocidad vertiginosa; es imposible seguir el ritmo. Me lleva entre seis meses y un año publicar un libro, pero la información que contiene ese libro puede quedar obsoleta antes de que salga.
- ¿Qué tipo de contenido queremos? Esa es la pregunta que hay que hacerse en el mundo editorial.
- La disminución de librerías afectará a los centros de cultura en nuestras ciudades. Ahora los centros culturales están en nuestras casas. Esto por supuesto afecta a la vida cívica.
- No habrá certificación alguna, en en el libro ya no dirá que lo avalan Gallimard o Faber o Hanser... Pero esto no afecta sólo a los escritores, sino a una comunidad entera, editores, agentes, librerías, revistas, periódicos... Piense en los periódicos. Nosotros necesitamos reseñas para que se divulguen nuestros libros, pero si cada vez se leen menos periódicos o revistas, menos gente leerá libros. Si a la gente le dan igual los filtros y las certificaciones, tendremos una cultura de libros distinta. Siempre habrá quien busque la excelencia, ¿pero cómo identificas dónde está?
- El propósito de una editorial no es simplemente acumular un catálogo; nuestro propósito es ser creativos, descubrir obras y a veces mejorarlas.
- Existe un elemento de suerte pero es mejor tener suerte cuando se es joven. ¿Por qué? Porque si tienes suerte cuando eres mayor te queda menos tiempo para disfrutarlo... Lo que hay que tener es instinto no sólo con miras a vender sino por aquello que en el futuro siga teniendo valor.
- Leer es algo natural si el contenido es bueno.
- Creo en el boca a boca, y esto cada vez adquirirá más importancia. Las redes sociales se multiplicarán y este es el tipo de marketing que se hará. De abajo a arriba y no al revés.
- Los escritores, si son elocuentes e interesantes, pueden ser ellos mismos herramientas de marketing.
- Desde el punto de vista de un escritor serio, la literatura seguirá estando ahí. Y si le va bien, quizás incluso gane más dinero que trabajando con una editorial, como ahora. Todo el dinero que genere será suyo; pero si el libro no va bien no tendrá nada. Actualmente el editor corre un riesgo, y apoya y protege al escritor...
- No sabemos lo que va a ocurrir, y le he dicho que se publicará menos información. Pero creo, además, que el valor del libro aumentará de una manera extraña. En los últimos treinta años hemos observado como la producción de libros se ha abaratado muchísimo en todo el mundo; papel más barato, encuadernaciones más baratas... El esfuerzo de los editores se ha concentrado en los márgenes de beneficio y al público le ha dejado de importar la calidad de la impresión. Puede que se descubra que el libro, en su formato original y bien cuidado, vuelva a suscitar interés. La gente volverá a comprar libros por la idea de poseerlos. Creo que los libros se harán mejor, estarán más cuidados, mejor producidos. Porque si están hechos una birria... nadie los comprará.
- Tampoco creo que las grandes editoriales vayan a desaparecer, pero sí creo que publicarán menos libros y que obtendrán sus beneficios con la venta de e-books. Y en las editoriales ya no se necesitará a tanta gente.
- Si publicamos menos, los costes de impresión y publicación aumentarán y el precio tendrá que subir. Entonces, los libros serán más caros y eso llevará a la gente a leer a través de los e-books. Confieso que los e-books con muy convenientes. Así que si ahora usted me recomienda un libro, al final de esta entrevista sacaré mi maquinita, lo compraré en ese mismo momento y a la media hora lo estaré leyendo. ¡No es fantástico!
- A la gente le gustan los libros, les gusta comprarlos. Eso que inventó Gutenberg hace quinientos años (el negro sobre blanco) es la mejor manera de leer. Será diferente cuando crezcan los niños que tienen ahora seis o siete años.