4.4.10

¿Oralidad escrita? ¿Onomatopeyas e interjecciones? ¿Quién dice qué sobre cómo hay que escribir?

«El dinamismo del español es innegable, pero, ¿hacia dónde se encamina el futuro de una lengua utilizada por cuatrocientos cuarenta millones de hablantes en el mundo?», se preguntan Giammatteo y Albano en el artículo El español en Internet: una mirada a su evolución en los fotologs, publicado por la UNAM.

Allí hacen un divertido análisis sobre las características lingüísticas de diferentes géneros textuales, particularmente en la web y más específicamente en el fotolog. Pero la noción de fonologización es central, y aplicable a la escritura en soporte «libro». Algunas consonantes caen, y otras se hacen cargo del significado.

Y Millán, claro:

«[...] esta época feliz podría asistir sin rubor al viejísimo relato de la captura y despiece, preparación y consumo (...y tal vez posterior restitución) del animal más graso, con el fuego crepitando en las oclusivas, el ansia encarnada en las velares, y un ejército de labiales chapoteando ante el contacto. Gorrín, gurrín. Plaf, ñac. Ris-ras (crépita-crépita). Ñam, ñam. Ham, hammmm. Hummm, hammmm, ñam. [larga pausa] Basca. Basca...». 

En «El jadeo y el verbo. Donde se averigua qué hablábamos antes de hablar, concluyendo con una propuesta atrevida».

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